Capítulo 3
Capítulo 3
Capitulo 3
Ambos fueron al bafio. La regadera estaba encendida, como una lluvia cayendo.
Cuando Morgan la atrapo bajo el agua, Cira se atragantd accidentalmente. De repente, record6 su primer encuentro hace tres afios.
También fue en un dia lluvioso.
En aquel entonces, su familia tenia una pequefia tienda de comestibles. No eran ricos, pero tampoco pasaban necesidades. Los cinco miembros de la familia llevaban una vida tranquila.
Sin embargo, su padre cay6 en una trampa tendida por otros y acumulé una enorme deuda de un millon de dolares. Tuvieron que vender la tienda, la casa y todo lo que tenian, pero atin les faltaban trescientos mil.
Sin opciones, la persona que los habia engafiado les exigid que pagaran la deuda vendiendo a Cira.
Sus padres no lo rechazaron...
En una noche lluviosa, ella escapo a toda prisa. Las motocicletas rugian detras de ella, como bestias jugando con una presa débil. Perdié sus zapatos, su cabello estaba desordenado y frente a ella solo habia una oscuridad infinita sin rastro de luz. Cayo al suelo y varias motocicletas la rodearon. Cuando penso que su vida llegaria a su fin, un automdvil se detuvo frente a ella.
Miré hacia arriba y vio que la puerta del automovil se abria. Un par de zapatos de cuero brillantes pisaron un charco, los pantalones del hombre estaban limpios y planchados. Sostenia un gran paraguas negro y parecia serio y distinguido. La protegié bajo su paraguas y dijo:
—Ella es mi persona, no permitiré que la lastimen.
El primer encuentro fue tan impactante que Cira solia repasarlo y embellecerlo una y otra vez en sus suefios, hasta que se grabo en su memoria y no pudo olvidarlo.
Media hora después, Cira salié del bafio con la ropa mojada. Tomo un caramelo y lo chupoé mientras buscaba ropa limpia para cambiarse, mientras Morgan todavia estaba en la ducha.
Vacilé en contarle a Morgan sobre su embarazo y luego el aborto. Después de reflexionar durante tres minutos, decidié negarlo. Cuando él la salvé hace tres afios, le habia dicho que no le causara problemas. Ella era solamente su herramienta, en la cama, en la vida y también en el trabajo. Debia ser consciente claramente de su funcion.
Ademas, ahora él estaba interesado en otra mujer y no le importaria lo que ella dijera.
Al dia siguiente, Cira fue a trabajar como de costumbre.
En la oficina del secretario del presidente, habia tres secretarias que se encargaban de diferentes tareas.
En realidad, no habia estado en ausencia, ya que habia enviado una solicitud de permiso al departamento de personal cuando la llevaron en ambulancia.
Sin embargo, Morgan ni siquiera se habia molestado en preguntar sobre la situacién y asumi6 que fue una ausencia.
Aunque habia estado de permiso durante tantos dias, habia manejado los documentos urgentes mientras estaba en el hospital. Sin embargo, alin quedaban algunos pendientes. Estuvo ocupada toda la mariana y ni siquiera tuvo tiempo para almorzar. Alas dos de la tarde, el gerente del departamento financiero fue a buscarla y le informo que habia un error en un documento, un error decimal.
Cira fruncié el cefio, tomé el documento y lo ley6 rapidamente. Respondio:
—Yo no hice este documento.
—Fue hecho por la nueva asistente, Keyla —dijo el gerente.
Cira se detuvo un momento y le dijo al gerente:
—Tengo cierta relacién con el sefior Pérez. Me encargaré de solucionar este problema.
El gerente pregunto en voz baja:
—Incluso si puedes solucionarlo, alguien debe asumir la responsabilidad de un error tan grave.
Cira no mostré ninguna expresion y simplemente respondio:
—Quien cometa un error, sera responsable.
Segutn las normas de la empresa, si se comete un error grave en menos de un mes desde la contratacién, se puede ser despedido de inmediato.
Pronto, el departamento de recursos humanos notificd a Keyla.Content (C) Nôv/elDra/ma.Org.
En medio de su ajetreo, Cira eché un vistazo rapido y vio a Keyla empacando sus cosas, pero de manera descuidada y lenta. La oficina de secretaria siempre estaba muy ocupada todos los dias, y nadie tenia tiempo para prestar atencion a una asistente inutil.
Keyla salié de la oficina llevando una caja y se encontré con Morgan. Diez minutos después, Cira recibid una llamada del despacho del CEO, pidiéndole que entrara.
Cuando entro a la oficina con documentos en sus manos, vio a Keyla parada a un lado.
Y Morgan estaba sentado en su silla de escritorio, jugueteando con un boligrafo entre sus manos. Con una mirada fria y penetrante, dijo:
—Explicame.